YGDRASIL: A Journal of the Poetic Arts

Spanish Issue 7

March 2005

Issue Editor: Moshe Benarroch
Editor: Klaus J. Gerken
European Editor: Moshe Benarroch
Contributing Editors: Michael Collings; Jack R. Wesdorp; Heather Ferguson; Oswald LeWinter

ISSN 1480-6401


INTRODUCTION


DAVID WAPNER 

Nació en Buenos Aires, el 28 de diciembre de 1957.
   Es poeta, narrador, músico y titiritero.
   En 1980 fundó junto a otros poetas y mú sicos, Gutural, banda de mú 
sica-teatro. Con Gutural actuó hasta 1990, con interrupciones entre 1986 y 
1987, intermedio en que lo hizo con El error de Ameghino. Gutural ofreció 
decenas de espectáculos y formó parte, en 1982, del movimiento Mú sicasiempre.
   Textos suyos han sido recogidos en antologías de Argentina y España.
   Han publicado trabajos suyos, y ha sido colaborador de, entre otros: 
Crisis, A construir, Billiken, Humi, Anteojito, Diario de Poesía., La Maga, 
Suplemento Juvenil de La Nación, La Nación de los chicos, El Cronista
Cultural, El Cronista Artes & Cultura, The Colombian Post, El internauta, Vox 
Virtual. 
   Es corresponsal de El pollo urbano (Saragoza, España).
   Tradujo al castellano el Old Possum's book of practical cats (El libro del 
Viejo Zarigüeya sobre las mañas de los Gatos), de T. S. Eliot (con Ana 
Camusso); Pedro, el desgreñado (Struwwelpwter), de Heinrich Hoffman y a 
los hermanos Grimm, entre otros. Dirigió Extremaficción, tabloide de 
ficciones, publicado en Buenos Aires entre 1996 y 1998. Desde fines de 
1999, Extremaficción se ha transformado en CorreoExtremaficción, mensual 
de ficciones enviado por e-mail.
   La Playa, escenas titiritescas para ser actuadas por títeres, humanos u 
otros, fue estrenada en Santiago de Chile en 1990. El grupo Los títeres 
caminantes, representó El León --obra escrita en colaboración con Ana 
Camusso-- en decenas de pueblos y pueblitos de la Argentina y Bolivia. Los 
juglares aragoneses de El Silbo Vulnerado, basaron uno de sus espectáculos 
en textos de Bulu-Bulu.
   En agosto de 1997, estrenó en el Centro Cultural Ricardo Rojas (UBA),
Pozo: canciones para perros, espectáculo sobre textos, música y arreglos 
propios.
   Desde abril de 1998 reside en Israel.
   Entre diciembre de 2002 y marzo, 2003, montó junto a Ana Camusso 
Siesta Games, en el museo Janco-Dada, de Ein-Hod muestra multimedia 
basada en cortos de animación por ordenador, imágenes impresas y objetos 
utilizaados en las películas. 
   En mayo de 2004, ambs estrenaron la serie de cortos de animación 
¡Diablos!, en la Escuela de Artes visuales de Beer-Sheva.
   Desde el 2000 trabaja en el proyecto Mardafones, en donde confluyen
textos y música compuesta con instrumentos y voces virtuales.
   Junto a Ana Camusso, lleva a cabo talleres de escultura para chicos. En 
mayo de 2004, el libro Canción decidida, ilustrado por Cristian Turdera, 
recibió el premio "Destacados de ALIJA" (IBBY-Argentina) al mejor libro-álbum 
publcado en Argentina entre agosto de 2003 y diciembre de 2004.


David Wapner Mardablogues I He aquí Mardablogues, nacido Mardafón, en una encrucijada. Canta Mardablogues las canciones que le dictan Mardafones, y no lo hace mal. Aturdido, eso sí, a veces grita y no se da cuenta. Callate, Mardafón, le dicen, y así se entabla el diálogo. Dúo, trío, lo que venga, Mardablogues se impone. II Estamos instalados en el día siguiente, el calor de los acontecimientos, de los vivos y de los muertos, causan un cansancio que Mardafones ejecutan. La interpretación de este y otros días, diferentes entre sí sólo por la intensidad de la angustia, obligan a Mardafones a pronunciarse en forma abierta por la abolición de este estado de cosas, cantando cosas como "borga, borga / el que mata es una borfa / el que muere se nota" III El trabajo Mardafón entra en letargo, para suavizar la voz, darle un poco de descanso de boca cerrada. Mardablogues mientras tanto se mantiene alerta, atento al crujido de una puerta, a un suspiro del perro, a una gota repentina de un grifo. Cualquier imprevisto puede causar que despierte la garganta Mardafón, grite en medio de la noche y arruine así su canto por una semana. IV Cuando el canto Mardafón comienza con un bostezo, siempre hay quien murmura, "Mardafones, sonaron". A lo mejor, ya sonaron hace rato, y lo que vemos, son sus carcasas sonrientes. La voz cantante, improvisa con cierto talento, pero no tienen en dónde afirmarse y la boca cierra repentina, mordiendo los labios los dientes. V Pastafónica la cabeza quedó luego de arrugarse diez horas frente a una pantalla que amasaba una imagen que nunca se definía. Papafónica quedó la lengua tras una seguidilla de mordiscos automáticos que martilleaban durante el sueño. Macafónico quedó el olfato y pasafónico el oído por un estampido seguido de estampida, que partió de la calle, entró por la ventana y taponó los orificios. Camafónicos despertaron Mardafones. VI Cuatro muertos, seis heridos, tres de gravedad. Ocho muertos, veinte heridos, uno en coma, tres gravísimos, dos graves, siete estacionarios, siete leves. Nueve muertos, sesenta heridos. Veintitrés muertos, cuarenta heridos, tres desaparecidos. VII Palafónica quedó la garganta después de horas pidiendo que abran. Placafónico quedó el mentón, tras dormir una noche sobre piedra. Mamafónicos quedaron los dientes, al comer empanadas de arena. Calcafónicos trotaron Mardafones. VIII Cuatro semi-dormidos, seis duermen profundo, veinte desmayados, dos en coma, trece con insomnio, cuatro en trance, cinco con apneas nocturnas. IX Qué pedazo de bolongos, qué torpeza en la frente, en las manos que se agitan. Qué voz papanatas, qué grito papafón. Hoy, ayer, todo el día se los oye, no dejan dormir, no dejan concentrar, calcafones. Así, los sueños, salen por la puerta, no vale la pena, patafones. X Dice el perro: cuento las baldozas hasta llegar a mi cama. Me acomodo de un costado, pruebo con el otro, muerdo un trapo y me duermo. Me despierto más tarde, me paro, comparo mi cama con la del hombre, me siento, me pica el lomo, relajo las patas, cuento las veces que me dijeron ¡no!, me vuelvo a dormir. XI Oh, barbaridad, confundir el día con el dios. Han transcurrido carmicientas horas desde el momento en que Mardafones comenzaron a tomar conciencia de a tragos que iban a fondo blanco. Cada uno de estos actos redunda en una pérdida del conocimiento y solo queda un rumor que ondula por los oídos y las memorias hasta que, si no sucede algún fenómeno electro-acústico, se debilita y escurre. Perdido en forma irremisible el canto Mardafón que se emite de tal forma, ni siquiera se graba. Pero,sí, puede ser recreado. Pueden Mardafones dormir tranquilos con su conciencia. XII Cantemos junto a la puerta de calle, pidamos a gritos que nos abran, y si no nos abren, sigamos adelante, hasta alcanzar pleno éxito, que consiste en: una voz de metal, surgida de las profundidades del edificio, fundado en los albores de la era eléctrica, cuando Mardafones no habían nacido, y todo el ruido de la voz era casi inaudible. XIII Ah, no me la vas a cantar, Mardafobio, no le vas a cantar a Mardafones, los que cantan todo nuevo, aunque los ataque un carozo en la garganta, ellos son de fierro, menos el corazón, son de fierro y cantan tan mortal, que debieras callar, Mardafobio. XIV En el fondo del mar, donde el que hace pie se hunde, yace algo, que no asciende, que no flota, que no llama la atención, y se salva de los buzos, de la caza submarina, entre otros peligros, pero no de la erosión, de los agentes minerales, del movimiento, de la fricción que corroe. Adelantémosnos unos cuantos años, podemos hacerlo, para echar un vistazo: aún está ahí, qué caso notable. XV Han pasado un día en vela, Mardafones se cargan la boca con pasta de borgar, no importa lo que es eso, Mardafones la tienen tras un mueble, embutida en la pared, protegida del clima, clemente o inclemente, siempre dañino. Empotrados en la cama, Mardafones esperan que el techo se abra, para ver como de la noche se pasa al día y viceversa, sin llevarlos a ellos, ni a un lado, ni a otro. XVI Un parto, y a la hora del parto, otro suceso, que lo opaca. Por la línea que divide a uno y a otro, corren Mardafones, tocan una pared allá, al fondo, y regresan. A aquellos que quieran discutir sobre fuentes, origen, raíz de todas las cosas, que a Mardafones no los toquen. A ambos lados del pasillo, viven toda clase de humores. XVII Cuando pica la cabeza, y pasan meses y no deja de picar, el cuero cabelludo se pone recio y enfrenta a la ofensa con un ataque fantasía, que no hace otra cosa que echar nafta al escozor, cuyo fuego termina por derretir a las chapas XVIII Cómo duelen los ojos, Mardabofes, cuando aparecen recuerdos por entre las cejas. Cómo pesan las bolsas de los párpados, cuando volvemos de la feria, con lágrimas entre las frutas, que son más densas que el mismo néctar. Cómo nos toman por sorpresa cuarenta Mardafones, y deponemos la carga, y prestamos oídos. XIX Mardafones salieron sonámbulos de sus casas, chocaron contra los pilares de una torre de apartamentos, y regresaron en extremo doloridos y contusos. XX Hay un techo para cada cosa, y entre ellos, algunos no terminan de cumplir su función primordial: proteger a Mardafones del frío que roe sus gargantas cuando duermen, de la lluvia que desborda las bocas abiertas de Mardafones cuando sueñan pesadillas y arruina sus voces hasta el punto de dejarlos medio muertos. XXI Del otro lado del teléfono, en el aparato distante, preguntan una cosa tras la otra, sin solución de continuidad, a lo que Mardafones responden con un silencio generado por el cable espiral, que se ha enredado a sus cuellos, y les produce una asfixia temporaria. XXII En el aparato distante se han quedado mudos, al tiempo que Mardafones recuperan la voz, pero sin por ello emitir palabra. Podrían permanecer sin emitir sonido por el resto de sus vidas, y nadie podría argumentar que han enmudecido. Si sus cuerdas vocales están bien, si no hay daño cerebral que bloquee el habla, si no hay una cuerda que les extrangule la garganta, nada les impide dar la sorpresa y ponerse a cantar, por ejemplo, en medio de una terapia intensiva XXIII Querido tubo de aire, el viento que te enfría, la manta que te abriga, el cielo que te acosa, la dieta que prescriben Mardafones a los bronquios propios,será mejor que se escapen por las fosas nazales, por la boca abierta y por las orejas liberadas. XXIV De ambos lados del tubo se han quedado mudos, y se han puesto de pie, pensando unos himnos tristes, largos, que dejan a todos dormidos. XXV Bueno estaría que salten pulgas nacidas Mardafones, y fueren a los mismos Mardafones, nacidos sin voz, criados a los gritos, y puestos a cantar hasta la última afonía. XXVI Qué magna diversión, ver Mardafones que saltan, en imitando a sus pulgas, que les saltan en los sobacos, de los sobacos a las nalgas, mientras Mardafones gritando, a las pulgas, que son sordas. XXVII Qué sueño tan pesado, de espalda a Mardafones, aunque cargado a su cuenta, el que infringen las pulgas, ávidas de sangre, en imitando a garrapatas, sin deformarse como aquellas, cayendo del catre de a cientos. XXVIII Qué confuso aroma, en remedando a Mardafones, que hacen fuerza de a sentados, embebidos de su vino, que compran de a media docena, como si fuera cerveza, pero pastosa. XXIX Que vivan las pulgas mensuales que se apiñan en cada rincón del cuarto en donde duermen Mardafones, a la espera de un discurso que las alce en rebeldía, y en saltando, a imitación de las ranas, tomen por asalto el bastión más preciado: el pecho en pelo, en espera que alimenta la garganta. XXX Qué confundido está aquel que se considera insecto, por el sólo hecho de aspirar a Mardafón, cuando lo que hacen es tomar por ejemplo a las pulgas, que han alcanzado cierto rango en el concierto vocal, pero que caen como descaradas, cada vez que una inmensa canción les recuerda de qué se trata el mundo, cuando de Mardafones se canta. XXXI Que estén Mardafones despiertos toda la noche, para sacar cuentas de cuántas son las pulgas que deberían juntar para pagar su deuda con la Voz, paráfrasis del tributo al Inca, que diaguitas hacían en piojos. XXXII Se pierde la idea del esfuerzo que hacen las fuerzas invisibles, dentro del vientre Mardafón, para dar coraje a sus cuerdas, por medio de tubos, que se llenan de aire comprimido, con partículas en suspensión, que se disparan al primer esfuerzo, y se expulsan por medio del canto Mardafón, mezclado con crujidos, compañeros de todo el trayecto, quienes toman, una vez en puerta, un rumbo diverso, a veces asaz opuesto, tanto, que dan la media vuelta, retoman lo andado, y se estrellan contra los dientes, que en Mardafones forman pared, contra la cual se estrellan, como pulgas expulsadas de un perro. XXXIII Conservan su aspecto intacto, aunque los pisen con suela y taco, rememorando a pulgas, cuando regresan del espacio, y atraviesan la fricción, con más garra que la nave, que se desintegra en al aire, y cae como lluvia, en la tierra de Chile, por decir sólo una, sólo una, una tierra. XXXIV Si golpean su pecho con fuerza, suena como una maraca, pero más como una caja, con dos tercios de su contenido, fósforos de madera, que a fuerza de mojados, por la sangre que les circula, hacen que son lo que son, pero se derriten, esa es la verdad, salvo que alguien, munido de un mortero de cuarenta, dispare un cañonazo directo, pero eso no pasa, porque, la guerrilla Mardafona, se ha llenado de pulgas, lucha contra ellas, la guerra está perdida. XXXV ¿Insistís, Mardafobio, con el cuento de un auto que tenías, completo hasta las ruedas, salvo el motor, que giraba en falso, y te dejaba de a pie, a merced del pulgaje, que avanzaba a paso valiente, con un emblema Mardafón? XXXVI Demos un paso adelante, con cuidado de las piedras, de los panes tirados, las bolsas de nylon, y todo el reservorio de registros, que es el tesoro Mardafón. XXXVII Vamos a dormir, convencidos de nuestro relleno, repletos, en bebiendo del tubo de savia sabia, pellizcados en las mejillas, por arriba y por abajo, arrimados a un semejante, que haga que canta de garganta, que sepa espulgar, y que espulgue, y no de vueltas. XXXVIII Fuerza, fuerza, origen de toda bloga, fuerza corazón sin descanso, fuerza que ya se siente el viento que te empuja, o el viento que generas, no se sabe, de dónde vienes, Mardagobio, trayendo buena nueva, babeando por la boca, en sudando por las sienes, por la fuerza, por la fuerza bruta con que empujas y te mueves, Mardagobio, a tus pies, una alfombra, no la pises, tiene aceite. XXXIX Dame un respiro, Mardafobio, ¿no te esperabas que me iba a venir con eso, eh? Vos, desde el fondo de los cielos, allí en donde quiera estés guardado, no muy lejos de mí, seguro, estarás repitiendo y preguntando una y otra vez, qué querían decir Mardafones cuando te acusaban, señalaban, admonisaban, satanizaban, sentenciaban, francotiraban, chachareaban, apaleaban, macarteaban, empedraban, y al final, las anginas, faringitis, amigdalitis, nódulos en cuerdas vocales, todas, Mardafobio, se empeñaron en igualarlos a vos, ah , ah, de qué te alimentarás ahora, ¿de qué? XL Me tenés acorralado, Mardagobio, vos sí que sos ubicuo, y en cada estocada me dejás herido. Como yo me recupero, según me curan por dentro los servicios Mardafones, debo poner cara de bueno y unirme al coro de niños del Magreb, hasta que me descubran, me echen de allí y me quieran matar. XLI Hay tanta niebla esta noche que, cualquier ruido, por más canto sostenido que sea, es absorbido por la bruma, conducido al cero absoluto, como prueba de que nada es uno, cuando de voluntad de silencio se habla. XLI Se siente desde aquí la existencia de un espacio vecino al hueco Mardafón, una casa, a lo mejor, de cuyo interior, se emite un mensaje, no tan confuso como se podría pensar, pero que, al fin, no se entiende, tal cual como se querría, aunque el corazón, o la intuición que se hace carne, sugiere que allí dentro, en uno de sus cuartos, alguien duerme, y en otro, alguien transmite, con la mente puesta en un punto, al cual horada, un agujero ancho, para decepción de todo aquel que cree, en un pensamiento sutil. XLII ¿Qué hicieron? ¿Abrieron la ventana? ¿Derribaron la medianera? ¡Se ven las espaldas desnudas del secreto Mardafón! ¡Se ven sus ojos abiertos cuando debieran dormir! ¡Esto es el desastre! ¡A la intemperie los pulmones! ¡Sin techo las arterias! ¡Las vejigas sin cobija! ¡Los pies sobre barro pisar! ¡Quién,ha hecho esto, quién! XLIII ¿Has sido vos, Mardagobio? ¿De dónde sacaste tanta fuerza? ¿Qué herramienta usaste? ¿Trabajaste en equipo? ¿Les pagaste bien? ¿Festejaron la acción con los muchachos? ¿Se fueron a dormir la mona o con ella bailaron? ¿Me la seguís haciendo, Mardagobio? ¿Me las estás haciendo a mí? XLIV Desgraciados, Mardagoznes, Mardagobio en el alma, Mardafomio en la lengua, Mardafango, me la hiciste, vos, vos y vos, tiro al corazón Mardafones, Mardafones hechos, de pecho anudado al corazón, cabeza fría con el pelo en alto, ojos de fierro como la luz, brazos de cristal tallado a mano, vientre de barro y chapa, voz de carne y hueso. XLV Alma de suela pampa, saliva salida del cielo, manos tricolor, la tierra que se funde y el cielo que se curva, Mardafones, a la carga. XLVI Cuerpo en burro, mente en pienso, ancas barridas, pelo en techo, castillo de piedra en potro, Mardafones, al acecho. XLVII Muslos en en cubas de alcohol, dedos molido grueso, sexo y entrecejo maldoror, pelo mota en boca, dos tomos de lengua, Mardafones, a los troncos. XLVIII Cardumen en la barba de las fieras, jauría en las medias de los perros, sudores de manada en cueros, Mardafones, al tranco. XLIX Alubia en el aliento, feijoada entre las muelas, soja que asoma entre dientes, Mardafones, hasta el techo. L Mardaflama, lo último que dijiste fue, voy a hacer del corazón, la caja de los tornillos y los clavos, y con clavos y tornillos, atornillar el corazón a la pared, junto a la foto de los padres, frente a la puerta del baño, Mardafones, a los techos LI El que late, no es el corazón clavado en la puerta, Mardagobio, sino otro, que ahora mismo están colgando, entre la heladera y la mesada llena de vajilla, que todavía nadie lavó, Mardafones, a las ollas. LII Vuelven a preguntar por corazones, digan que uno está instalado en el baño, arriba de las toallas; otro, hace de pata de una cama; a otro, lo atonillaron en forma provisoria a la puerta que da al patio; el resto, está a la espera de que algún espacio quede vacío, y hacia allí apuntar, o que terminen de revocar la pared medianera, en dónde, a lo mejor, a alguien se le ocurra clavar uno; Mardafones,a la pala. LIII Implantar corazones en los ojos es una tendencia a la que pocos adhieren, y, no obstante, se ha dado este caso, más de una vez, y el resultado no es del todo malo, Mardafones, las agujas. LIV Atarse un corazón a la oreja, es una moda que puede venir, y podría dar curso a cantidad de músculos cardiacos que esperan su suerte en un pasillo, que en verano calienta demasiado, tanto, que el ruido de los latidos se vuelve infernal, Mardafones, a la pesca. LV Corazón en lugar de tiroides, es un canje del cual ya se habla, experiencia de una ciencia, que todo lo prueba, a todo le pone un clavo, a todo le ata un alambre, lo conecta a un circuito, le inyecta corriente y lo quema, Mardafones, a la feria. LVI Se habló demasiado del corazón, y se han olvidado de otras cosa importantes, como ser, el polvo que arruina los aparatos, el agua, que no es más que un paliativo, los trapos, que rayan lo que tocan, el aire, portador de polvo en suspensión, la aspiradora, que al fin y al cabo es un aparato, Mardafones, a la fuga. LVII Mardafones, a las pilas, Mardafones, a los trueques, Mardafones, a lavarse, Mardafones, a los cerros, Mardafones, a la playa, sí, Mardafobio, se hace lo que se quiere, si se puede, porque, en el fondo, triunfaremos, cuando hayamos construido para abajo, desde túneles a cloacas, debajo de las raíces, mucho más profundo, hasta encontrarnos con la lava y reaparecer en el próximo volcán. LVIII Pasados como diez años,los recuerdos del circuito Mardafón han sido licuados y bebidos, re-iniciando el circuito de la vida, que se recicla sin ideas claras, dirige energías a cualquier lado, empapando de vino a quien no lo bebe, reviviendo rocas que jamás lo han hecho, bendiciendo con lluvia a los inundados, sorprendiendo con regalos a los que acaban de morir. LIX Fueron dos días, Mardafones, en que veíamos como fluía el sueño desde sus cabezas, empapaba la cama, se extendía por el piso, resbalábamos y caíamos de bruces, nos rompíamos la nariz, sangrábamos por los cuatro costados, por querer parar el desastre. LX Los sueños, Mardafones, eran grandes masas de agua, o materia derretida, algo más espesa, en donde intentábamos nadar, y tragábamos a mares, esas ideas, cuajos, grumos, que a ustedes se les ocurría, pensar que estaban dormidos. LXI Nos ahogábamos en sueños, Mardafones, que manaban sin pausa, desde los ojos cerrados, hasta formar océanos, en donde cada pez, cada alga, cada caracol, nos hacía de las suyas, para hacernos hundir. LXII Bebamos de tu copa, Mardafón, el potaje que se cuece, con la masa hervida de tus sueños, que bullen y circulan, de la calota a la nariz, de la nariz a cualquier parte, y que nadie se te cruce, so pena de ser salpicado en la cara, marcas para toda la vida. LXIII A las gárgaras con los sueños, que hacen espuma una vez ya disueltos, por el sacudir de las cabezas,de cada Mardafón que duerme, muy abandonado de sí y por el mundo, ávido de esa cerveza, que se revela imbebible, ni bien tocar los labios. LXIV A colar el arroz, último alimento Mardafòn, hervido en fundición, que bulle en la olla ósea, ni buenas noches, ni pesadillas, sólo lava, lava el arroz del exceso de almidón. LXV Desde que bebemos del material de los sueños derretidos, que de las cabezas Mardafones desbordan, no podemos dormir, el vientre se nos hace un nudo, la garganta es un vaso roto, los ojos giran en falso, entre el aire y nosotros, un espacio a explorar, aunque , con fuerzas como estas, no se llega ni a la esquina. LXVI A vaciarse de todo lo adquirido, desde corazones con tachas, hasta crema de untarse en los pies, a abrirse la cabeza, y mostrar los secretos, que hacen volver la vista, a quién no soporta esa visión, esa borla que buya, que, de no atajarla con las manos, huye, a los tumbos, Mardafones. LXVII Bueno, a otra cosa, a algo duro, al rostro de piedra, a a la caza de callos, a la otra cara del falo, a la lista incompleta de adoquines, colección de Mardafones, comieron demasiado. LXVIII Dormir en el suelo, chupar canto rodado, placer de engreídos, ¿quién no conoce a uno, que se le dio por la alquimia, antes de arrojarse a las vías? LXIX Ni que fuera el alma de Uli, la lluvia de granizo, la guerra de las piedras, el muro Mardafón, no nos sentimos despiertos, no dormimos en paz, la panza, las piedras del riñón. LXX No es una lluvia de piedras sea en esencia el alma de Uli, sino que, entre la trayectoria que las conduce a estrellarse en suelo, y el suelo mismo, hay espacio por el cual pasa como un rayo el arco de un violín, que saca un sonido pastoso del asfalto, que no se oye a causa del estrépito, un tren de carga, Mardafones. LXXI Desde luego, el dueño absoluto del hoyo, es Uli, ahí reposa, expuesto, a expensas de las piedras, abierto a la crítica, tan violenta, Mardafones, los vagones. LXXII Es la arena, piedra molida, la que hace cerrar los ojos, perder a orientación, cantar para tener un indicio, de dónde están parados, Mardafones, en dónde quedó el violín, quién escondió el estuche, qué uso le dieron al arco, de qué pino sangró la resina, por la cual patinaba el tren. LXXIII ¡Ah, estómago, gaita que da esplendor a aquellas, mardafonías que se gritan a voz en cuello, aires que se mueven como vientos de un ventilador giratorio, que ha roto un buje, y sube y baja, y no para de eructar! LXXIV Ay, en realidad, el presente informativo va a caer mal, si es que Mardafones no opinan lo contrario, y la bloga les obliga a abrir su corazón, a pura uña y dientes, a ver si se olvidan de comer, o no saben por qué rascan. LXXV Dos por tres la realidad golpea su piso que es el cielorraso, y Mardafones piden silencio, y hace callar por un instante a los vecinos, que en oportunidades les da por bailar, en el piso de arriba, que a veces alquilan para eventos, algunos festivos, otros funestos, y que son responsables de las fisuras del techo, por las cuales Mardafones piden arreglo, y les responden con silencio. LXXVI Estas noticias deben clasificarse como de cuarto, quinto orden, y así deberían ser leídas, sentados al borde de un cesto, un cesto cabedor en realidad, una palangana, un cubo, una piscina llena de vivos, en donde nadie puede. LXXVII En olvidando el contenido, ahuecando el sólido con pala, rellenando el hueco con papel, cantando a pata ancha Mardafones, en recuerdo de un paisaje embalsamado. LXXVIII Encantando el alma la empanada, dando rienda a los fuegos digestivos, engañando al hijo y a la madre, ocupando el relleno el lugar del contenido, Cantan Mardafones, con la boca repleta. LXXXIX Pensábamos que el avance sería veloz, y en base a tal presagio, Mardafones se adelantaron a sí mismos, para oírse cantar desde enfrente, y responder como un eco, dando por contenido, aquello que rellenaban. LXXX Cómo te va, viejo palo mardáfono, tanto tiempo pasado por agua que se fue, corrido por la seca que brota del subsuelo, viento que corta en dos al más sandía, oh, catzo mardafonda, tanto tiempo vareado en cualquier rumbo, perdidos estábamos cuando subimos al taxi, y aquí estamos, listos para darnos de baja, en tu honor, gran complejo mardafón. LXXXI Hola, cómo te va, hijo, primo, medio-hermano, lo que sea, con tal de que te sientes y me veas, cómo pongo la mano al cuello, para que salga un silbido, como un chorro de un pomo, según estilo viejo, de mojar en las esquinas, de un modo que hoy nadie entiende. LXXXII Si no vamos a tener un bolso de paciencia, mardafierro, ni vamos cargar con un balde de manías, mardacruz, esto es, de ahora en adelante, mardapingo, que sea lo que salga de la boca, escupida, palabra, batería de bacterias, beso, cualquier cosa. LXXXIII Haz, mardamorfo, que esto se parezca un poco a la calle, en donde el perro, el perro y el perro comen basura, mardagallo, y el gato, el gato, el gato, se resiste y se entrega, se resiste y se entrega, al perro, a la mano que lo acosa, mardagrullo, qué se te ocurre. LXXXIV ¿Capaz de qué, de qué es capaz el pecho en pelo de la esencia Mardafón? ¿En qué se diferencia un cuento de una ristra de penas? ¿Vienen del aire, los aromas del cantor? ¿Vuelan al ras, los sonidos del oso en furia, el padre Mardafón? Vayan palmadas en cada mejilla, a modo de saludo: tanto tiempo, cómo ustedes tan. LXXXV Abrieron la puerta para aliviar el peso del aliento de un coro mardafón en asamblea, y así quisieron librarse de la pregunta que de todos modos repiten como quien ha comido demasiado y no le alcanza la boca para expresar lo que ni siquiera intenta decir: qué gritos más difíciles de afinar (¡tanto tiempo, como un mes!) LXXXVI Cómo puede ser que el dueño del violín sea frotado por un arco acerado de modo tal que lo parte en dos, como si fuese un embutido, del cual no es posible obtener más sonido que el del golpe del cuchillo, que en este caso es arco, que manejaba Uli, que manejaba Pin, y vean a ambos, no se oye nada, Mardafón, saludos, tanto tiempo. LXXXVII La verdad, se esperaba otra cosa del trino nuevo que ostentan Mardafones, quien esperaba con la boca abierta, debió cerrarla y tragarse las eses, y tirarse de los pelos, por no morir intoxicado. LXXXVIII A medida que pasan las semanas, todas las canciones se olvidan, las esponjas que mandan en el cerebro Mardafón, absorben más agua que letra, generan más lagos que mente,son la causa del llanto en escena, que irrumpe al mismo tiempo que el canto, al que vuelve húmedo, más aún que la boca que lo emite, desequilibrio que el público aprecia, y ha incorporado, entre el ceño y la nariz. LXXXIX Han pasado algunos años, los bulbos se han hinchado, pero aún no revientan, a pesar de los dientes que les clavan, todos los miembros de la caterva, todos mardafones, aunque ya aguados, diluidas sus carnes, y aún así, exudan vapor, a veces un silbido. XC La verdad, tras pasar horas y horas, que no pueden separarse entre sí ni un centímetro, un sentimiento de asfixia entre número, minuto a minuto, silbato en lugar de voz, en el cuenco, en el pozo ciego, al fondo, Mardafón. XCI Querida Mardafonia, tanto tiempo demorando en verte, tanto adelante como atrás, fuerte o en reposo, cantante o muda, ¿fuiste de culo estos días?, ¿tuviste calor en los dientes?, ¿te armaron las piernas los forros?, ¿fuiste a la fiesta despierta? XCII Estimada suerte, antes Mardafonia, con pelos en la punta, ¿en dónde estabas, ayer, cuando el vientre apretaba?, ¿que se decía, allá, en el cuarto de baño?, ¿cuántos pañuelos gastabas en cada gripe? XCIII Desafortunadamente, tu trabajo no ha sido seleccionado, por floja mardafona, por no saber en dónde de veras estabas, por no contar a tus amigos cómo era que estando de pie, seguías sentada, con el rostro fruncido, a la espera de que algo asome, puje violento y de a morir al tacho. XCIV Qué le vas a hacer, Mardafona, con el rechazo tan grande, carne en la piel de los jurados, que nunca saben nada, ni dónde estás, ni que comés, si vas de culo siempre,si te sobran dos gramos de seso. XCV ¿Qué le dirías al foniatra? ¿Que estabas de culo ensayando la "u" con diéresis? ¿Dónde estabas, de veras, cuando te buscaban, con las manos en bocina, con acento en la sílaba "fo"? Golpe en el vientre, Mard(...)na, reclinarse y toser. XCVI Más que formas, mardaformes, de cabeza contra un muro. XCVII Mardaforma uno: ojo romo mardaforme. Mardaforma dos: mardaforme en ángulo con mástil. Mardaforma tres: bolsa mardaforme hasta reventar las costuras. XCVIII Bueno, dejamos pasar el fin de año, dejamos que corra un poco el chorro del nuevo, y tiramos al agua una cantidad de pellejos mardafones, demasiado usados, que ya no vestían a nadie, y no producían sonido, como, de sabido, toda garganta, por más que ahorque el cable de donde cuelgan mardaformes, debe al menos gemir. XCXIX ¿Eh, adonde estamos? ¿Es de perfil o de frente? ¿Es el bello Mardabello? ¿O el bala Mardavalla? A cualquiera le tiro, ninguno tiene manos. C Es el "pala" Mardapala, el cual se adelanta con la boca en bocina para dar lección de potencia vocal, y el mismo quien cae herido por obra de Mardavólver, el de la voz cascada. CI Bueno, dos cantan tres compases, voces que resbalan de sus bocas trompa, y casi llegan a una distancia de veinte metros, sino porque cae uno y cae el otro, por una piedra uno, botella el otro, que arroja Mardapuño, el de la voz pastosa. CII Da dos pasos adelante el trío, expulsa una masa de frases desde sus labios campana, dan la media vuelta y caen derribados,por una andanada de adoquines, que arroja Mardañòn, el de las cuerdas inflamadas. CIII En su texto oral, que escupe por entre los labios en tubo, dice "donde la lengua resbala, hacen agua las paredes", y cae fulminado por un rayo, que le lanza Mardaluz, el de la crónica tos. CIV De esa boca sobreabierta salen globos que llenan la sala de sonidos y luces estándar, que no llegan a modernizarse por obra de un petardo, que da en plena boca sobreabierta, por obra de Mardafuego, el de la voz acabada. CV Del interior de la danza que zumba irrumpe un quinteto que se lanza al canto potente al impulso de sus labios manguera flexibles, con gran efecto sonoro que se frustra al caer liquidados los cantantes, por efectos de un dardo que arroja Mardaflash, el de la voz de clavos. CVI Toda la compañía cae a tierra, en medio un "ooohhh" a veinte voces, que hacía volar sus labios como aspas de helicóptero, víctima de un ataque masivo, con todo tipo de objetos duros, a cargo de los hermanos Mardaforros, los de la voz aserrada. CVII Qué contrariedad, justo ahora que todos se lanzaban a cantar con furia, utilizando todo tipo de labios y extensiones bucales, arrecia una lluvia de proyectiles, mortal para los cantantes, víctimas directas del arrebato, generado en aquellos que genéricamente se han dado en llamar Mardahermanos, los de la voz alterada. CVIII ¿Estamos a punto? Uno, dos, tres: cuatro catramardas, los vehículos chatos que llevan los restos horizontales de algunas mardaformas, aplastadas por la tormenta que tornó en un diluvio de cascotes. Ah, la conciencia, hecha polvo. CXIX ¡Y las cuatramardas aplastaban lo que le ponían debajo! ¡Y también las catramardas eran chatarra! ¡Predestinado material! ¡Como una flor de manzanilla bajo las ruedas de un tanque! CX A la catramarda de la vanguardia le cambiaron la carga: piedras, ladrillos, clavos, tuercas, monedas viejas. Al contenido original, lo trasvasaron a la catramarda del medio, que debió ceder el suyo a la tercera o de retaguardia, que iba semi-vacía. Escriben por ahí que este suceso es un ejemplo de justicia. La verdad, es que la catramarda de vanguardia se desfondó, la catramarda del medio dio dos vueltas completas sobre si misma, al chocar con la carga de la catramarda desfondada, y la catramarda de atrás retrocedió ante el desastre. Por debajo, un tendal. CXI En el último tramo, las catramardas fallan. Es toda una concepción la que fracasa, es el espíritu que se pone en juego y se derrocha. Frenada la catramarda, se para el tránsito de un siglo. ¡Un siglo, y no se entendió nada! ¡Un siglo de no entender nada! ¡Un siglo y cuatro años! David Wapner, Beer-Sheva, Israel, 2003/2004

POST SCRIPTUM


Ha publicado los siguientes libros:  Bulu-Bulu (1987, poemas, Libros de 
Tierra Firme, B. A. ); El otro Gardel (1989, relatos para chicos, Libros del 
Quirquincho, B. A. ); Algunos sucesos de la Vida y Obra del mago Juan 
Chin Pérez (1991. relatos para chicos. Editorial Sudamericana; 1993, 
ediciones colombiana y venezolanas); Tragacomedias, poemas (1993,
Ediciones La Trompa de Falopo, B. A. , edición limitada); El Aguila, nouvelle 
para chicos, (1994. Libros del Quirquincho: 1996 (re-edición), Página 12, B. 
A. ); La noche, relatos para chicos (1997; Plus Ultra); Murmú, el tímido,  y
otros cuentos; relatos para chicos (1997 Libros del Quirquincho, B. A. );
Barrrosos casos del inspector Martinuchi, 1998,  El Ateneo, B. A. ); 
Violenta parra, poemas (1999, Ediciones del Diego, B. A. ); Interland (1),, 
novela (1999, Editorial Sudamericana, B. A. ), Tragacomedies y 
Sacrificciones/La Playa (2), poemas; re-edición; junio de 2000, El Internauta
(www,poesía.com); Algunos son animales, relatos para chicos; 2003,
Norma, Bogotá-B. A. ); Canción decidida (4)  poema-album, ilustrado 
por Cristian Turdera (2004, Pequeño Editor, B. A. ); Los piojenas del Piojo 
Peddy, poemas-álbum, 2004, con ilustraciones de Roberto Cubillas, Libros 
del Ecclipse, Buenos Aires.


CENTIPEDE

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An Informational Journey Into A Creative Echonet [9310]
(C) CopyRight "I Write, Therefore, I Develop" By Paul Lauda

       Welcome to Newsgroup alt.centipede. Established 
       just for writers, poets, artists, and anyone who is creative. A 
       place for anyone to participate in, to share their poems, and 
       learn from all.  A place to share *your* dreams, and philosophies. 
       Even a chance to be published in a magazine.

       The original Centipede Network was created on May 16, 1993. 
       Created because there were no other networks dedicated to such 
       an audience, and with the help of Klaus Gerken, Centipede soon 
       started to grow, and become active on many world-wide Bulletin 
       Board Systems.

       We consider Centipede to be a Public Network; however, its a
       specialized network, dealing with any type of creative thinking.
       Therefore, that makes us something quite exotic, since most nets
       are very general and have various topics, not of interest to a
       writer--which is where Centipede steps in! No more fuss. A writer
       can now access, without phasing out any more conferences, since 
       the whole net pertains to the writer's interests. This means 
       that Centipede has all the active topics that any creative 
       user seeks. And if we don't, then one shall be created.

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YGDRASIL PUBLICATIONS LIST

  . REMEMBERY: EPYLLION IN ANAMNESIS (1996), poems by Michael R. Collings

  . DYNASTY (1968), Poems by Klaus J. Gerken
  . THE WIZARD EXPLODED SONGBOOK (1969), songs by KJ Gerken
  . STREETS (1971), Poems by Klaus J. Gerken
  . BLOODLETTING (1972) poems by Klaus J. Gerken
  . ACTS (1972) a novel by Klaus J. Gerken
  . RITES (1974), a novel by Klaus J. Gerken
  . FULL BLACK Q (1975), a poem by KJ Gerken
  . ONE NEW FLASH OF LIGHT (1976), a play by KJ Gerken
  . THE BLACKED-OUT MIRROR (1979), a poem by Klaus J. Gerken
  . JOURNEY (1981), a poem by Klaus J. Gerken
  . LADIES (1983), a poem by Klaus J. Gerken
  . FRAGMENTS OF A BRIEF ENCOUNTER (1984), poems by KJ Gerken
  . THE BREAKING OF DESIRE (1986), poems by KJ Gerken
  . FURTHER SONGS (1986), songs by KJ Gerken
  . POEMS OF DESTRUCTION (1988), poems by KJ Gerken
  . THE AFFLICTED (1991), a poem by KJ Gerken
  . DIAMOND DOGS (1992), poems by KJ Gerken
  . KILLING FIELD (1992), a poem by KJ Gerken
  . BARDO (1994-1995), a poem by Klaus J. Gerken
  . FURTHER EVIDENCES (1995-1996) Poems by Klaus J. Gerken
  . CALIBAN'S ESCAPE AND OTHER POEMS (1996), by Klaus J. Gerken 
  . CALIBAN'S DREAM (1996-1997), a poem by Klaus J. Gerken
  . THE LAST OLD MAN (1997), a novel by Klaus J. Gerken
  . WILL I EVER REMEMBER YOU? (1997), poems by Klaus J. Gerken
  . SONGS FOR THE LEGION (1998), song-poems by Klaus J. Gerken
  . REALITY OR DREAM? (1998), poems by Klaus J. Gerken
  . APRIL VIOLATIONS (1998), poems by Klaus J. Gerken
  . THE VOICE OF HUNGER (1998), a poem by Klaus J. Gerken

  . SHACKLED TO THE STONE, by Albrecht Haushofer - translated by JR Wesdorp

  . MZ-DMZ (1988), ramblings by Igal Koshevoy
  . DARK SIDE (1991), ramblings by Igal Koshevoy
  . STEEL REIGNS & STILL RAINS (1993), ramblings by Igal Koshevoy
  . BLATANT VANITY (1993), ramblings by Igal Koshevoy
  . ALIENATION OF AFFECTION (1993), ramblings by Igal Koshevoy
  . LIVING LIFE AT FACE VALUE (1993), ramblings by Igal Koshevoy
  . HATRED BLURRED (1993), ramblings by Igal Koshevoy
  . CHOKING ON THE ASHES OF A RUNAWAY (1993), ramblings by I. Koshevoy
  . BORROWED FEELINGS BUYING TIME (1993), ramblings by Igal Koshevoy
  . HARD ACT TO SWALLOW (1994), ramblings by Igal Koshevoy
  . HALL OF MIRRORS (1994), ramblings by Igal Koshevoy
  . ARTIFICIAL BUOYANCY (1994), ramblings by Igal Koshevoy

  . THE POETRY OF PEDRO SENA, poems by Pedro Sena
  . THE FILM REVIEWS, by Pedro Sena
  . THE SHORT STORIES, by Pedro Sena
  . INCANTATIONS, by Pedro Sena

  . POEMS (1970), poems by Franz Zorn

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