INTRODUCTION Jorge Etcheverry Arcaya de "Cuaderno de bitácora" CONTENTS Fermín Heredero Salinero Del libro inédito El vértigo es humano MERCEDES ROFFÉ Cantata Profana Prospero's Books Zaira Espinosa Octavio Paz y la cita de las 5:00 a.m. El Noche El mundo no se va a acabar. Sin voz Tito Alvarado Perdido busca huella Dialéctica de amor Carlos Duarte Otoño Pegaso Jardín CARLOS BARBARITO De NÉBULA (a Cynthia Isakson) (A Miriam Santaularia) (Nébula) Marta López-Luaces Interpretaciones Deshabitar la casa Escribir Se termina el curso Gina Salinas de Witteveen El PATIO DE MI CASA ARRULLO CANTO DEL REFUGIADO POST SCRIPTUM Francisco Viñuela Los contactos virtuales
Jorge Etcheverry Arcaya de "Cuaderno de bitácora" ~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~ XXX A medida que comenzamos a conocerte adoptamos ciertas costumbres que para otros podrían parecer perniciosas. No bien terminábamos de ganar algunas libras cuando ya nos veíamos forzados a volver a fumar. Despertábamos con café negro. Entonces empezaban de nuevo los dolores en la espalda que nos hacían abandonar cualquier tarea física apenas comenzada, dejándonos entregados a los pensamientos y recuerdos. Para equilibrar una sensación con otra jugaba con mi gato irritándolo hasta hacerlo clavarme las uñas en el antebrazo. Cuando joven encontraba consuelo en las cosas del mundo y no podías engañarme con tus súplicas y tus ojos húmedos. No podías martirizarme con el olor de tu transpiración cuando hacías gimnasia, cruzabas cerca de mí (o muy lejos). No podías enardecerme al rozar, dizque casualmente, mis manos, al conversar. -Ni perderme en un carrusel paranoico al enunciar las diversas señales que aludían al siempre enorme foso de tu vida al que yo no alcanzaba, haciéndome abandonar por semanas o meses la elaboración de ese Sistema Nuevo de Pensamiento que habría de hacer tambalearse de una puta vez al Occidente, que estaba pidiendo mucho algo como eso, pero no había otro que tuviera el tiempo o el interés de hacerlo. Cuando era joven y me paseaba por las pajarerías del jardín de mi padre antes de abandonar quizás para siempre el dulce suelo natal, y contemplaba sus pájaros mientras se alimentaban con su mirada estúpida y por eso mismo amable, y me paseaba, con un brillo nonchalante en los ojos, mientras crecía asediado por un montón de particularidades, todas valiosas, que como otras tantas mujeres de pubis ensortijado se bajaban los calzones ofreciéndoseme, ya sea de espaldas a mí proyectando su trasero, o bien de frente, el sexo como un liquen trepidante. Alguna sospecha abrigábamos de que no todo era miel sobre hojuelas. Tu rostro se asomaba a veces detrás de algún visillo a medias corrido, y tu risa entonces perseguía mi paso leve pero rápido de adolescente aterrado de súbito, muy circunspecto y bien vestido, tan hermoso que no había mujer que no me mirara con todos los ojos. Tan distinto a como se es ahora. XXXI Entonces fue que salí del café, sin poder evitar la mirada conminatoria de ese sub-producto del género humano, últimamente más disminuido y reducido, rezumando un odio que supura como la pústula expulsa la pus, o el órgano masculino el blanco y espeso líquido en la boca perfectamente delineada de la amante. Seguramente, camuflado como una araña en el rincón más obscuro de una penumbra granate, como un pequeño tumor que asilado en el tejido parietal de un órgano vital esperara superar su modorra para estirar sus patas zancudas. Envuelto en un sinnúmero de proyectos y trabajos diversos, asistía a mítines más o menos secretos, actividades todas que me era necesario realizar manteniendo un low profile, relacionadas como estaban con mi inminente partida hacia países de un cielo más puro (casi podía sentirlo con mis fosas nasales, sensibles como las de un caballo). Eran esas tareas sin embargo silenciosas e invisibles, para no excitar la curiosidad y ansias de destrucción de los competidores. Eran como los trabajos del viento: ante los ojos de los que no fueran hojas carecían de sentido, y si lo tenían, era sólo para dejarse llevar. Y por eso el ovillo negro que algunos años atrás fue un hombre, me miraba con su único ojo, instalado debajo del reloj blanco y grande, y yo casi podía escuchar su voz admonitoria ante mi aparente vagancia: "chucheta", mientras yo nadaba entre el humo, hacia afuera, hacia el pasillo, sintiendo en la espalda clavarse como palillos las miradas de las muchachas codiciosas, y pensando en cien distintas solicitudes que debía llenar, y relaciones que debía encaminar--desde los abismos negros del odio y las montañas rojas de la pasión--a la simple colaboración profesional. XXXII La concepción que nos hemos hecho de las palabras es sumamente rara. No nos ha parecido nunca oportuno atenernos a discutir problemas tales como el del origen del conocimiento, el carácter fluido o permanente del ser, la precedencia de la esencia respecto a la existencia o viceversa. No pretendo negar que gasté mucho tiempo de mi primera juventud, antes que leyendo, pensando en estos problemas. Como una hermosa polilla de seda parda giraba por los parques observando a las parejas de enamorados y terminaba por caer a la Biblioteca Nacional. La ficha bibliográfica de mi primer libro de poesía, que espero que no sea el último, puede que figure en los ficheros. Como una marejada de aire nuevo alguna vez mi poesía se detendrá sobre ese país entre montañas, y se apozará un poco en esa cavidad cambiando el modo de vida y pensamiento de la gente. (Para estas y otras cosas es para lo que necesito un seudónimo). No me preocupa la opinión que tengas de mí, sólo me preocupa el no poder ser consecuente en cada uno de nuestros encuentros, a los que acudo siempre como un rompecabezas defectuosamente armado que tuviera la facultad de desplazamiento. ¡Tienen que saben que no tenemos alma! (Necesito poner algún juicio trascendental aquí. No todo ha de ser puras trivialidades, ¿No crees?). XXXIII Y llegará un día en que habremos de juntar, tú y yo, nosotros, toda esta furia clara y resonante, si de algo sirven las vitaminas y los remedios que al igual que los alimentos más variados llenan los anaqueles de todos los grandes complejos comerciales, como el Rideau Centre, Bayshore, recorriendo a veces, cuando andamos un poco volados, tú y él, nosotros Cuando estamos en la onda, tú y yo, con ganas de hablar, o nosotros andamos con problemas, o los estragos de la edad se insinúan detrás del horizonte, como la sombra de un pájaro negro, y yo me pongo al nivel tuyo, o de ustedes, y les desenvuelvo el esquema del universo como un abanico inmaterial, en el que tú, y él y ella, y nosotros, estamos finamente dibujados, y los edificios y los ríos y los escaparates de las tiendas más tenuemente, ya que no son tan importantes como la gente, es decir, tú, nosotros. Cuando podremos prolongar la excitación que sentimos al conversar, coronados y ocultos por pájaros color crepúsculo, y esos pájaros se tiñan de un rojo violento y consuman la ciudad como un mar discontinuo o cuántico de llamas. Uno siempre se muestra descontento de lo que tiene. Cuando se le empieza a tomar el gusto a la vida uno se está muriendo. Mira. Oye. Yo te voy a hacer alcanzar las gradas del Palacio Presidencial, y voy a sentarte a la mesa de los emperadores, que todavía existen. Te voy a introducir en el lecho del Papa por la puerta principal, como la Magdalena entró en los Evangelios.
Fermín Heredero Salinero Del libro inédito El vértigo es humano ~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~ SE ESCONDEN AL ACECHO LAS PALABRAS, como días detrás de los relojes, y en un segundo saltan, dan la hora en punto, cualquier hora, y a deshora, para quemar la tierra primitiva, clavar en ella el grito lastimoso de un salivazo mudo y pestilente. Palabras con desgarros y semblantes, alforja sin hilar y flor sin trino, alforja del vacío y flor de plástico que el tiempo en su bandeja nos ofrece. ¿Qué aire sensitivo y perdurable traerá con sus señas la semilla del origen desnudo de los fuegos, la luz nacida en densas ilusiones, el instante que fue y que debe ser? ¿Qué aire regará la flor de nuestros sueños, qué aire tejerá la vida con sus hilos? * PARA ESTAR VENCIDO BASTA LA TIERRA: Correr de medio lado y a deshora, sin rostro donde huirte y sin penumbra, el ojo tornadizo y un mendrugo para anclar los calambres de la vida, ceñirte una barrera de carcoma, caer con un pitón en el costado. Siempre eterna, la tierra que pisamos, el barro que nos forma, siempre eterno, barro, barro en la piel y denso barro en cada sueño, en cada abismo, en cada origen, hoy y luego, en cada término. Basta la tierra cruda con su giro, basta la tierra para estar vencido. * RETORCEMOS LAS CUENTAS AL DESTINO, las propias cuentas que hoy nos reclamamos con jadeos de imágenes que en fechas cruzaron los anversos del futuro. Incubamos tributos y guaridas de letargos, pavesas y patíbulos, donde moran mesías sempiternos poblados de delirios y chisteras. Arrancamos placentas a los vientres, mientras las torres mudas de los yugos crecen en la colmena de los miedos, minan auroras, siegan plenilunios. Sentimos mordeduras de agonía y seguimos viviéndonos la herida, alimentando nuestro propio duelo con zarcillos de huecas esculturas. * PERECEN MADRUGADAS, se doblegan los límites que antaño pretendieron mudar los infortunios, infortunios que alimentan las soberbias, los disfraces, los vómitos de brillos, acólitos y farsas. Un gesto leve apenas conjura sus milésimas ardientes contra el rito ampuloso de los mapas, mientras crecen hemisferios que reparten colores de países y miserias, se bordan diplomacias. Milésimas al límite contra el preciso son de los relojes, mientras las horas cuajan amasijos tendidos a colgajos en discursos de cuchillas, de espumas maternales flotando a la deriva. Pregonan las campanas el bronce que fundieron los tiranos, cañón y sangre oscura entre las uñas de fanfarrias prolíficas que esconden sus vientres bajo el nido polvoriento de huevos infecundos. Y habitan en los libros esclavos en pañales desbrozando de viejo hollín carbonizadas letras, sacando día a día con roídos paños el brillo turbio de la historia, secando los futuros. * HAY ESTIGMAS DE JUNGLAS, ZARPAS DE VIEJOS PLEITOS que estallan en las manos de nómadas santeros, pulidos de uniformes, corbatas mercenarias y máscaras de alardes. Los clavos inclementes exploran los postigos, difunden los repiques de bífidos tambores, de argollas insaciables, embrujan los deseos de naves encalladas. ¿La noche archivará las tribus y los yelmos? ¿La luz consumará cenizas de la afrenta? Montañas que no fueron arrojan sus apóstoles y manan sequedades. Y en las cuevas de antaño perviven calaveras que purgan las victorias de endémicos oráculos, con ácimos cilicios clavados en los sesos, clavados en el tiempo. * SE FLETAN PARAÍSOS, EGREGIOS Y MARCIALES, paraísos blindados en lisonjas de céreos anuncios, huevos publicitarios que empollan en pesebres del consumo, donde a Newton le aullaban infinitesimales, los fenicios lacraron su pudiente plumilla estilográfica. Se fletan paraísos, politeístas ángeles, huidos de los desagües de las gárgolas, cautivos en las llamas de falsos candelabros, cruentos basureros del derroche, con las alas quemadas por brillos delirantes, cenizas en el humo del progreso cebando cementerios. Se fletan paraísos, diablos con los pulmones pletóricos de júbilos volátiles, serpientes al acecho blandiendo sus colmillos por la cóncava boca de la luna, tragándose el ozono, vomitando los sueños que antaño despertaron en la cuna de nuestra Vía Láctea. Profanan tiburones las conchas jacobeas, asfixiadas perecen las nodrizas con sus mamas henchidas de hiel y de amianto. Una momia se mira en un espejo de luna y un reptil sobre una rama ofrece el fruto prohibido a eternas madres que muerden la manzana. Las luces se detienen, las sombras se adelantan, en las calles se exhiben tintineos de envenenadas copas con brillo de monedas que ahogan los canales de la vida. Espirales de espasmos y sopores. Ni fuego quedará, ninguna espada, ni dioses que destierren. Sólo materia amorfa y losas de dinero que entierran corazón, espíritu y razón del hombre aquel que fue, aquel que pudo ser, aquel que ya no es. Hic yacet homo sapiens. * DESDE LOS CAMPOS SE OYEN MURMULLOS IMPACIENTES de séquitos que pasan vestidos de uniforme, los brazos extendidos en místicos preludios, las manos en plegaria al dios de la victoria, pañuelos en el rostro destiñen sus plumajes, guerreros con estrellas, flamantes redentores. Al ritmo de su pies se lavan las sandalias con sangre que salpica en charcos y canales de cándidas palomas por ellos desolladas. Huele a festín de siega, a quema de rastrojos, a fuego de dragones, a río corrompido, a fiera enfurecida, a raza en sus cubiles. Con sus espadas parten el sol, la lluvia, el aire, los mares y la tierra, el cielo en mil pedazos. La muerte allí se asoma, se espanta de ella misma. Y el sol, la lluvia, el aire, los mares y la tierra el cielo y sus estrellas se vuelven a juntar. No hay espada que corte los soplos de la vida, no hay espada que seque sus fuentes a la vida. * UN HILO SIN AGUJA, COBRE OSCURO, moviliza sus brazos codiciosos por ósmosis secretas que sonríen a carteras jaspeadas. Despachos de funánbulos que crecen en congénitos teléfonos, monedas que oscurecen los colores más negros de las heces. Los pérfidos peñascos de ciegas avaricias procrean corrupciones, levantan los castillos donde exhiben decretos y códigos morales prohombres de la patria. Sus calabozos guardan humanos huesos llenos de jirones y un billete de viaje hacia las sombras de viejos protectores en tierras clandestinas. Prohombres de la patria. * CON PIELES QUE ARRANCABA DE OTRAS MANOS resolvía problemas de aritmética, problemas que la bolsa le estallaba en el guiso de acciones a la carta. Veinte por dos trescientas veintisiete, hablemos en millones, maravilla de números y letras, calentura de bífidas pirámides al sol. Trazaba diagonales en triángulos, maravilla de curvas y compases, con nudos y deudor a mano alzada, con saliva implacable y con concordia. Y el triángulo en tres se dividía dos piezas a los otros, una de él. Benditas diagonales que reparten el cero a los demás y a mí la suma. Oh injusticia de fuente inagotable, humano desvarío en el recelo: En tiempos de cortinas y conjuros en altares se viera quien lograra partir en tres un todo y agrandarlo. * PUEDE UNO CONCEBIRSE ENTRE PLUMAJES, levantar sus poderes con poleas, culminarse en el trono de una grúa, lanzar sus pretensiones en naves espaciales. Y hasta habrá quien adore sus penachos, quien pegue una patada a las estrellas y escupa sobre el mundo y los ensueños, y confunda la soma de su orina con el brillo inefable de los astros. Y nos pinte los ojos de diques y de espectros, para avistar el bulto de su emblema, la capa paternal de sus polillas, el casto promontorio de sus huecos, las palabras repletas de letargos. Y hasta puede abolirnos las sospechas y puede anclarnos dulcemente el denso arpón de sus mentiras y sus babas, dictar, amén, las leyes que nos rijan, sembrar la muerte en vivo y en la vida. Rebeldes para ser, porque no siempre, no siempre al respirar estamos vivos. * LAS TORRES SE MANCILLAN con los crudos bramidos de las falsas alturas, descorren las cortinas que cubren los anuncios, carcomen los mañanas que afirman el presente, flagelan ilusiones. Se crecen en sus ruinas caudillos y caballos, corajes que bebieron en cálices derrotas por lutos consagradas y llantos de mujeres soldados a la tierra de vientres fugitivos. Diagramas de relojes darán inexpugnables los golpes del destino: los surcos y regueros, las grietas y peldaños empuñan una esfera de tallos y cultivos, de espuelas insumisas. Y hay en la esperanza jinetes que cabalgan las copas de los bosques y noches clandestinas que engendran mariposas sin lunas ni festejos y anidan en su vuelo futuros y guitarras.
MERCEDES ROFFÉ Cantata Profana ~~~~~~~~~~~~~~~ (J. S. Bach) a Patricia Guzmán Hay un aljibe que canta Hay un aljibe que recibe cantando a sus visitas Ondas de agua clara Ondas como felices de ser y de ofrendar Hay un aljibe que canta con voces como de lluvia fresca Hay un aljibe alrededor del cual los ángeles hacen ronda y se celebran Hay un aljibe como una morada como una cámara nupcial Hay un aljibe al que se acercan los justos a beber y al que en las noches oscuras se acercan los tristes a hurtadillas (por eso esperan) Ondas como ungüento derramado Trinos ángeles - pájaros De filigrana de luna la herrería ¿Qué manos se entreveran? ¿qué dedos como blancos narcisos juegan a confundirse? (Alguien finge que se oculta) Ondas del mar de la tierra amada tierra dejada y deseada Estrella Orión Cruz de plata señalada Sur guardado en el mullido cofre del alma Hay un sur Hay un mar Hay un aljibe que canta (de el pájaro de fuego)
MERCEDES ROFFÉ Prospero's Books ~~~~~~~~~~~~~~~~ (M. Nyman) Caminar. Caminar. Lumbre, lumbre en la altura metal de luna, corte en lo afilado del silencio cabrestantes de plata ronco vagar de cetrerías y como espuelas espinas (en el alma) ¿Era ya la hora? ¿Era el campo aquel la era perseguida deseada? Alguien canta. Alguien responde y alguien aun se empina en lo alto de sus cuerdas (como si nadie oyera) Caminar. Caminar. El rigor de un perfil y una sombra cabalgan hacia atrás en la memoria ¿qué los rescatará, qué los devolverá a la clara superficie del día? Algo, sin embargo, vuelve como una melodía implacable, austera armónicos descompuestos en el alado espectro que fantasea el cristal Vuelve la voz vuelve contra el bajo continuo exhausto de la infancia --tierra fallida. Oír. No hay más que oír prestar oídos como quien entrega al viento su voluntad --o a menos confiable amigo. Arrebato. Un sino de violencia o al menos confusión. No era preciso. No era necesario. ¿O acaso el tañer del reloj se acompasa a la ausencia? Se repliegan las horas sobre sí como Tulia sobre su laúd o el templado instrumento en los pliegues de Tulia, de su saya. Algo gime, de los dos. Algo se espanta. Algo se deja perder en una ahogada agonía En el relumbre del alba una sombra renace, se levanta ¿Dido será la que reclama? Shamanesa burlada arrebujada por siempre en el regazo de un haya Caminar. Caminar. Atravesar en la noche la foresta. Un andar extenuado temeroso oscuro andar ¡Falsa luna, no mientas! ¡No me engañes! Nocturno coro de niños cuervos ¡callar! Cruza el cielo un pájaro de luz tembladeral de deseo ¿cómo atrapar su vuelo? Caminar. Caminar. Dibujar en la memoria un horizonte y partir en su busca. Una fe o ilusión como un nido al cual volver Diafanidad trigal ¿recuerdas? El viento te pasaba la mano por la rubia cabeza. ¿Caminar? ¿caminar? ¿hacia qué? ¿hacia dónde? Campo, llanura déjame descansar Déjame hacer noche aquí en el amoroso hueco de tu falda (de el pájaro de fuego)
Zaira Espinosa Octavio Paz y la cita de las 5:00 a.m. ~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~ Últimamente me acuesto muy tarde, por eso tiendo a tener mañanas largas. Afuera pasan mil cosas y yo duermo. Sé que se despiertan los chóferes de los buses, el panadero que surte los cafés, las camareras y hasta la mayoría de los estudiantes que tienen clases a las ocho igual que yo. Mi cuerpo es una estampa adherida a los misterios tibios de la cama, soy la cubierta de un hojaldre dulce, soy la otra yo esa que reconozco cuando la plenitud visita. Pero a las cinco de la mañana suena el despertador que lejos esta de mí necesariamente al otro extremo de mi cuarto porque siempre he querido levantarme a escribir a las cinco - tal como lo recomendaba Paz escribir todavía con ese dejo de ficción que provee el flujo de los sueños - o al menos así sería para mí, letras modorras y despeinadas palabras con aliento del día anterior. "Hay que hacer oficio" han dicho muchos escribir forzosamente evadir la página en blanco las paredes blancas los blancos suelos y hasta el Río Ottawa totalmente blanco en invierno hay que correr de ese maleficio - o sólo mala suerte. Habría que mirar con tintura en los ojos, sin el terror de esparcir más cloro. De ahí que tenga fe en Paz, y en mi amiga Paty Laurent que lo intentó con éxito. Y hace ya muchos meses que esas han sido mis buenas intenciones, Pero a las cinco aquí no existen los ecos de los gallos, ni esos pajarillos jodedores que forman parte del ruido de las mañanas, aquí lo que más motiva a comenzar un nuevo día no es la incomodidad del bochorno que no se evita ni con el ventilador, sino el rechazo inmediato a la temblorina indeseable antes y después de la ducha, sólo la idea de un buen café puede salvar a cualquiera. Este conflicto de seguir o no con esta mi relación de cama seguro no vendría al caso en Cuernavaca o en algún lugar de la India Allá no se arriesga uno a la amenaza inevitable del síndrome blanco, o de las garras del despertador mientras aquí quizás sea yo solamente la única que escribe ahora en el intento de la puntualidad.
Zaira Espinosa El Noche ~~~~~~~~ Tiene los ojos redondos, grandes y brillosos un poco que saltan hacia dentro de los míos, cuando el Noche habla música -el lingala que yo entiendo con los términos de su piel negra encaballados en las frases de mi piel blanca. Después de un maratónico concierto todo se reduce al mal carácter de los días en que tengo que volver a cruzar el puente y dejar al Noche del otro lado. En el camino pienso en la gran sinfónica, en el largo texto bilingüe que me aprendí, el tacto ciego con la luz prendida ay, esa pieza del Noche...
Zaira Espinosa El mundo no se va a acabar. ~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~ Se esta muriendo mucha gente, pero tu echas raíces con los labios. Hay mucha oscuridad por doquier, pero tus ojos centellean. El mundo tiene que seguir No importa si los bosques arden, Si las aguas pintan, Si el aire ciega y la tierra enjuta no responde al maíz ni a las rosas Tus manos celebran, tu piel entre cánticos pregona mi paz No importa que las catedrales se caigan El mundo seguirá... Con todo y mis cuatro centavos y los descuidos de mi pecho al descubierto, y las guerras, y el hambre... tu batalla y mi sed, el mundo tiene que seguir porque si no siguiera ¿Hacia donde se desbordarían los trabalenguas de mi presente?
Zaira Espinosa Sin voz ~~~~~~~ Si las cosas que quisiera decir las dijera quedo en la boca de él, en la boca de él quedo dijera las cosas, las palabras monarcas, las frases intransigentes...esas que no y no Porqué las cosas que tengo que decirle Son esas cosas que gastan mis fuerzas, que abarcan los espacios de mi vocabulario y se queda en mi lengua el discurso flagelo Óyeme, que mi boca esta junto a tu oído Y todas esas cosas que me urge sacar, arrojar hacía lo que quede de él, Cualquier tarde, alguna noche Los estallidos de mi guerra, desde mi trinchera Cosas que no puedo lanzar para exterminarlo Por eso silenciosamente esas cosas quisiera decírselas, cuando duerma, cuando lo distraiga el cielo Mis labios en su boca, esas cosas que piden los cautivos.
Tito Alvarado Perdido busca huella ~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~ Durante un año le escribí, una carta cada día. De pronto, sin previo aviso, respuesta no recibí. Pensé mucho, me puse triste, más luego comprendí. Yo trotaba-mundos, esperanzas y nieves frías. Sucedió que en la mar de mezquindades me perdí. Dejé de escribirle, busqué las huellas del que fui. Al encontrarme pregunté por sus cartas y el aroma que tenía. Epílogo: sin tenerla, de ausencia y pena, para siempre la perdí.
Tito Alvarado Dialéctica de amor ~~~~~~~~~~~~~~~~~~ De tu amanecer al mío hay un silencio de nieves en el alma un dolor de espina entre la uña y la carne Mujer mitad fuego, mitad pájaro me abraso, me consumo entre el delirio de tus piernas me vuelo me aviento al ritmo de tu sexo Cómo no amarte si contigo siempre se nace a la alegría
Carlos Duarte Otoño ~~~~~ Las líneas se estremecen. El mundo se detiene ante el peso del aire, persiste entre las horas, respira las nubes que se rasgan frente a unos ojos conmovidos. Huye la luz, ya verde, y se enrojece. Se hace tarde se abre el paisaje a un sueño que te acoge. Los colores se tornan más húmedos, la tierra huele a vino. Los cipreses erguidos contra el viento ponen fin al presente.
Carlos Duarte Pegaso ~~~~~~ Tras el muro del tiempo, tras la mente que dice los sueños que te trazan, la voz que te estremece, se abre a tu piel el templo de la luz, te aguardan el ciprés y el horizonte. Vuela Pegaso sin sombra sobre el mundo, puedes sentir su trote entre las nubes, su aliento enrojeciendo la brisa que anochece. Escuchas con asombro su latido, buscas sus ojos, su furia desbocada, su rastro en las piedras.
Carlos Duarte Jardín ~~~~~~ Charcos de luz fugaz, el agua se derrama sobre el trayecto verde de las hojas. Se entrecruzan los tallos silentes contra el aire, esta presencia clara me recubre y los ojos se entregan a un paisaje que crece como el tiempo. Caen gotas cansadas. La tierra se despierta. Rebrotamos.
CARLOS BARBARITO De NÉBULA ~~~~~~~~~ * En cuanto medida, sólo se aproxima, no alcanza. Muy cerca, lejos, queda el desnudo, ajeno y descalzo. Entre unos y otros, aire, brisa inmóvil con polvo, gas de galaxia oscura, flaco dios con ojos de pescado. En la casa, sueño en círculos, larga vigilia tras alguna sombra, una pose de muerte, deseo anudado, nudo de fatiga. No alcanzan el agua, la semilla en el agua, el temblor en la semilla, el centro donde sopla lo que agita el fuego y la palabra fuego. Ahora hay paredes, sólo paredes. Contra ellas, dispersos, insomnes, sucios, hijos de perro y noche. No alcanza. ¿Qué flota en sagrado, qué se hunde en profano, detrás de qué surge lo aún sin nombre, espeso?
* (a Cynthia Isakson) No cuerpo, sombra. Sombra desnuda, sola, vacía de deseo, sola. Por la orilla más lejana. Por el nombre más desasido de sí, por lo expulsado y disperso. Por el centro seco, el lado en eclipse, el falso pudor, el puro persistir entre ecos. Vaga.
* Planea la vida por su aire y su sustancia. A veces, soporta el peso de su oficio y otras veces, no. Deberás permanecer en lo oscuro, inmóvil. Planea por su agua, su pez, cuanto asciende y cuanto baja, paisajes sucesivos, vistos desde un tren en marcha, grises, negros, negros, grises... (En lo oscuro, inmóvil. Lo posee un mal sin nombre. Duerme cada noche con la muerte. Se abrazan. Se acoplan, desnudos.) Ahora hay tiranía del presente como hubo tiranía del pasado. Ahora no importa la palabra. Ahora lo que importa es la tinta.
(22 de noviembre) * (A Miriam Santaularia) ¿Por qué respirar si el aire no trae pasión, ansiedad? ¿Por qué desnudarse si la vida acude sólo como modo del consuelo? ¿Es esto cuanto hay, nada aguarda entre las hojas verdes y secas, nada detrás del polvo que se acumula en sábanas y muebles, más allá de lo que cae o sube, aparece o se disipa? En el centro, duerme, o debería dormir, una sustancia espesa y ancha: ¿un número para amor y otro para crimen? ¿esperar únicamente sombra de la sombra, no una porción de luz, brillantes oscuras hacia el horizonte? ¿Por qué priorizar el orden sobre el caos? Así, ¿cómo expresar lo que empuja a la razón hasta lo que la trasmuta en locura que sana, lubrifica?
* (Nébula) En el suelo sin manchas, al límite de la memoria, el niño envuelve peces y panes con papeles de diario, juega con sus dedos en el agua como otro, sin saberlo, juega con un dios o con la muerte. Ahora es el día primero, el viento roza las aguas del Golfo, el mundo entero es sólo un paso y después relámpagos, nubes veloces y bajas, rojas, azules. Pero casi no puedo ya verlo. Hay entre ese niño y yo capa sobre capa de pudores, gritos al vacío, oscura sangre, pozos a la orilla del mar, impiedad que no se remonta y permanece siempre en flor, contra los muros. Conmigo, una tierra sin límite se absorbe, desnuda, a sí misma.
Marta López-Luaces Interpretaciones ~~~~~~~~~~~~~~~~ Ofrecí mi sed y la sangre para saciarla. Tu equivoco de mi lectura me transformó en aborto. Signo engendrado en la pronunciación inexacta. Expúlsame, escúpeme, deshuesame y con mis restos en tus labios pronuncia mi desarraigo de siempre.
Marta López-Luaces Deshabitar la casa ~~~~~~~~~~~~~~~~~~ I cerrar las ventanas hacer las maletas desalojar una historia despojarse de un paisaje. Traspasar un océano desaprender una mirada para reformarla en otra distancia. . Perderse en el cruce descubrir una vista con sonidos desconocidos. Desarticular un verbo aprender el panorama de una lengua enmarcar los ojos en sus entrañas descubrir los movimientos de otros acentos II Escuchar ~~~~~~~~ una palabra de la infancia detenerse en el regocijo de una resonancia Devenir en desarraigo. Deshabitar la casa cerrar las ventanas hacer las maletas desalojar una historia despojarse de un paisaje. Traspasar un océano renmarcarse en un horizonte tantas veces recordado retomar la vieja mirada Descubrir una vista hecha de ecos Rearticular un verbo reaprender el gozo de un sonido con sabor antiguo Sentir el panorama de un idioma tan intimamente conocido Recuperar las pausas de otra respiración y con el deseo del paladear reclamarle a una lengua sus viejos movimientos. Acostumbrada ya a lo nuevo y a los cambios de acentos... devenir en desarraigo.
Marta López-Luaces Escribir ~~~~~~~~ desde la precaridad con las heridas habitadas por la sangre infectada que la cólera se propague por las llagas supurantes que el pus salga a borbotones por la boca que la fiebre asole tu cuerpo y su delirio sediento sea la cuerda que dirija tu mano. Ya contaminada se peste que alimenta la nada y canta.
Marta López-Luaces Se termina el curso ~~~~~~~~~~~~~~~~~~~ Y se termina el curso y volveis a preguntarme Professor, tell us about Spain. Y os respondo ¿Qué es un país? Un susurro de memoria que no se reconcilia con su historia. Y me miráis algo extrañados y repito ¿Qué es un país? Una fe en la que la grey no sabe que cree. Y me miráis más extrañados y vuelvo a preguntar ¿Qué es un país? Un paisaje que atrapa nuestras miradas y las enmarca Y todos os volveis hacia el Latino Y yo vuelvo a decir ¿Qué es un país? La referencia de un mito que creamos para... --pero Professor ¿otra vez, no le he dicho que estos gringos sólo quieren saber si hace calor o frío?
Gina Salinas de Witteveen El PATIO DE MI CASA ~~~~~~~~~~~~~~~~~~~ Mi hijita de tres años extiende sus brazitos hacia mí, Y quiere que juguemos a la ronda. Yo, cuidadosamente, trato de recordar el juego, Y damos vueltas al circulo del tiempo. De pronto , recupero mis tres años, Y danzo con ella la ronda que antes bailè con mis hermanas En el país lejano de mi infancia. Rondas infantiles, el mismo juego de los niños abandonados y de los amados. Niños desamparados con las caritas sucias, ropitas andrajosas, ya cargan en sus espaldas problemas de la vida que les es tan difícil. Jugando en charcos sucios, saltando basurales, olor a guiso, suciedad y miseria, se pasan las horas juntando centavitos para comprar un pan. Rondas infantiles en los hogares destruidos por el alcohol, la droga y la violencia Rondas infantiles de manitas enlazadas. Rondas infantiles que dan vueltas y más vueltas, Y en el que cada pequeño va despertando al mundo. Todos estamos relacionados en la ronda de la vida, como Se relacionan el agua con el viento, la tierra con el fuego. A todos nos afecta la niñez desvalida. Un día mi niña mimada, protegida en los brazos de su madre, se cansará de jugar conmigo y extenderá sus brazos a los niños de las otras rondas, mas la actitud huraña y triste de ellos cambiará su vida privilegiada para siempre
Gina Salinas de Witteveen ARRULLO ~~~~~~~ Madre, ya no soy una niña. Ya no soy ese sueño sin rostro, Ese anhelo que amorosa en tu seno nueve meses guardastes. A quien sin conocer le diste tu sangre y tu vida, Tu esperanza y tu amor infinito. Ya no soy aquella niña enfermiza que solicita cuidaste, velastes y acunaste entre tus brazos sin preocuparte de tu frágil y agotado cuerpo. Ya no soy aquella niña traviesa y rebelde Que te hacía llorar y sufrir noche y día. A quien Con tu paciencia y ternura corregiste y moldeaste. Ya no soy esa adolecente triste, ni esa joven resentida que te vio morir un día en la primavera de tu vida. Ahora soy una mujer que tiene que andar sola, trabajar, estudiar y luchar con valentía. Lejos quedaron los dias de mi niñez dorada. Mas, cuando arrullo a mi hijita escucho tu voz, en mi canción de arrullo, y ya no siento el vacío inmenso de ese veinte de marzo cuando te perdí, porque ahora comprendo lo feliz que fuiste cuando me cantabas la canción de cuna, la misma que ahora adormece cada día a tu nieta
Gina Salinas de Witteveen CANTO DEL REFUGIADO ~~~~~~~~~~~~~~~~~~~ Desperté una mañana helada Y todo era nuevo en mi vecindad Quize hablar y no pude , el inglés que me enseñaron en la escuela no era suficiente. Necesite ayuda. Saludé a mis vecinos con una gran sonrisa, Pero ellos no tenían tiempo Para sonrisas y me voltearon la espalda. Ahora estoy sin hablar por mucho tiempo, que me asusta el sonido de mi voz. II Cómo puedo decir ahora que pertenezco a esta sociedad? Qué puedo hacer para que confien en mi y me den un trabajo? Me llaman minoria visible , pero paso todo el tiempo invicible, sin familia, sin amigos. El único motivo de alegría son las cartas de mi madre. Mi madrecita santa, Cuídamela, Dios mio! En esta hora de violencia, de terror cotidiano. En el Perú lejano , donde es un milagro la vida, Mi madrecita amada, jamás sabrá que su hijo enfrenta un futuro incierto. Y, la pobre, tan orgullosa de su hijo, Se contenta con los pocos dolares que le mando Y las mentiras de felicidad y dicha que recibe en mis cartas.
Francisco Viñuela Los contactos virtuales ~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~ No fue la primera que la recibi Cuando llegué a comprender las cosas del fondo del agua o el reflejo De las sobadas maderas, ni tampoco su voz tan tenue me dejo impresionado Como debe haber estado la espiga frente al sol divino; el grano, la semilla O el subito asombro del moscardon cuando se lo trago la planta carnivora.. Nada de éso ni tampoco de lo otro, puesto que era como agua escurridiza o Musica pegajoza y dulce en la hora de los ebrios en el bulevar de los tulipanes Y si bien entonces su rostro aun no se hacia, fue mas bien como un dibujo En las nubes, escultura de la hora de la siesta en otras épocas cuando invocabamos La lluvia con un ritual desnudo en donde su cuerpo alerta bailaba solamente para nosotros, Nada de eso nos fue concedido ni un regalo de sus ojos o una mirada que hubiese retrocedido Al preterito de lo eternamente perplejo, nada, ni mucho menos de lo otro, ni labios de coral, Ni belleza optima de musculos de modelo, ni siquiera un deseo en la carne ardiente, ni Mucho menos un fervor en la piel, nada, solamente su palabra escrita, la dureza de la Busqueda, la razon escabrosa, un terror nocturno, sin abandonarse jamas a mi cuerpo, Solamente sus voces escritas en papel electronico, su espacio cibernetico, otro miedo frenetico, Pero nunca una palabra de consuelo ni mucho menos arrodillada frente a mi sexo ni yo Volviendo a nacer entre sus pechos, solamente voces escritas sin sonido, en una eterna Profilaxis sin riesgo, asegurados mutuamente para que no llegue tu agua pura a contaminar Nuestra alma errante.
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